¡Convierte tu casa en un espacio atractivo y agradable! ¡Descubre los 4 trucos del home staging que harán que tu casa luzca como nueva!
Como todos tendemos a acumular objetos decorativos y recuerdos en cada rincón de la casa, es importante ordenarla de forma regular. El home staging recomienda despersonalizar el espacio retirando los objetos innecesarios para que los compradores puedan proyectarse en su futuro apartamento y para crear una mayor sensación de espacio. Selecciona y vende aquellos objetos decorativos de los que te puedas desprender o que ya no te gusten, organiza bien tu ropa, libera espacio en las estanterías y deshazte de los objetos inútiles o rotos... ¡Enseguida sentirás una agradable sensación de relajación y reconfort! ¡Parecerá una casa nueva!
No siempre es fácil acertar a la hora elegir un color vivo e intenso para tu decoración, por eso conviene apostar por colores neutros. Es fácil aburrirse de una pared de un color intenso y con mucha presencia y es muy difícil combinarlos con las tonalidades de los elementos decorativos. Sin embargo, los tonos más suaves son ideales porque se adaptan a todos los estilos decorativos, lo cual te dará mucha más libertad si en algún momento te apetece cambiar cualquier aspecto de la decoración. El blanco, el beige, el gris o el taupe son el fondo ideal para componer una atmósfera moderna, relajante y elegante. Otra ventaja de los colores neutros es que, al tratarse de tonos más claros, crearán una agradable sensación de espacio y luminosidad. ¡Los colores neutros son un valor seguro!
Una de las reglas fundamentales del home staging es identificar claramente las funciones de cada espacio. También es importante disponer la decoración de forma que facilite la vida diaria. Define la zona de descanso del salón con una alfombra, organiza la entrada con muebles adaptados como un perchero y un zapatero, transforma la habitación libre en un despacho o en un cuarto de invitados... Todos estos consejos que te permitirán disfrutar más de tu casa y te ayudarán a aportarle carácter y personalidad. Definir claramente las funciones de cada espacio es todavía más importante cuando en una misma pieza conviven dos actividades diferentes. Por eso, conviene distinguir el espacio de trabajo del espacio salón sin por ello perder en el intento la armonía y el equilibrio de la pieza. Puedes, por ejemplo, delimitar la zona de trabajo o estudio con un color diferente o con una tira de papel pintado.
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